Con unas vistas imponentes que se extienden desde Sant Llorenç hasta Formentera, esta villa de siete dormitorios con licencia turística combina el alma marroquí con la calma mediterránea. Una reinterpretación Blakstad del tradicional riad —primer proyecto de Rolf Blakstad— convierte a El Palacio Blanco en una de las propiedades más icónicas de la isla. Situada entre las casas más elevadas del centro de Ibiza, permite contemplar amaneceres, atardeceres y la serenidad del campo que desciende hacia el mar. En el mercado por primera vez en más de 20 años, ofrece un equilibrio excepcional entre diseño atemporal, potencial por descubrir y un permiso turístico muy demandado.
La casa se organiza alrededor de un patio central, reflejo de la arquitectura morisca filtrada por la tradición ibicenca. En su núcleo, una terraza tranquila con piscina invita a momentos de descanso bajo toldos ligeros y rincones de relax. Un segundo y amplio vaso de agua se abre al borde del jardín, coronado por un mirador abovedado de piedra que domina las vistas hacia el mar.
En el interior, un salón principal de techos cúpula y lámparas ornamentales crea un ambiente único. La cocina con comedor destaca por su carácter social y detalles artesanales. Seis dormitorios transmiten calma con materiales naturales y camas con dosel, mientras que un apartamento independiente ofrece espacio para servicio.
La propiedad cuenta con suministro propio de agua y placas solares.
